La consulta a un experto es imprescindible si detectamos que nuestro hijo:
• Aparta los ojos cuando se encuentra frente a una fuente de luz.
• En las primeras semanas de vida, presenta en los ojos una infección persistente (es probable que tenga tapado el conducto lagrimal).
• No logra seguir con la vista un móvil o un objeto de colores.
• Tiene más de siete meses y bizquea a menudo o pestañea en forma acelerada. (A los seis meses generalmente posee la capacidad de coordinar los dos ojos y ya determina cuál de las caras que se ofrecen a su vista le agrada o desagrada.)
• Entrecierra los ojos e inclina la cabeza al mirar un objeto.
• Acerca excesivamente los objetos a los ojos para observarlos.
• Sin estar resfriado, evidencia tener conjuntivitis (tiene los ojos llorosos y los párpados pegados por el pus).
• Presenta cualquier tipo de manchas en la pupila. (Al año, la visión es perfecta y el iris ya ha tomado su color definitivo.)
Uno de los más valiosos intercambios entre la madre y el bebé se produce a través de la mirada. Por lo tanto, es imprescindible estar atentas al funcionamiento y correcto desarrollo del aparato visual ya que de él depende una parte fundamental de su crecimiento.
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